Aun en espacios con vestigio de inhumanidad y desamor, los colores y sus contrastes penetran en nuestras miradas floreciendo en los corazones, aun más duros, sentimientos de dulce ingenuidad que son capaces de desprendernos aun de nuestros propios temores y promover protecciones para con otros mas débiles. (Cachorro de San Bernardo)
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